miércoles, 10 de agosto de 2011

Esos, poetas.

Sin proponérselo, sin saberlo siquiera, demostró con su vida la razón de su padre, quien repitió hasta el último aliento que no había nadie con más sentido práctico , ni picapedreros más empecinados ni gerentes más lúcidos y peligrosos que los poetas. 


-El amor en tiempos del cólera, pagina 209 - Gabriel García Márquez 

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